Día Internacional de la Mujer en Escocia
En marzo del 2020, la abogada Claire Mitchell y la escritora Zoe Venditozzi, arrancaron con una brillante iniciativa para celebrar el Día Internacional de la Mujer en Escocia, conseguir el perdón público, el reconocimiento de su inocencia y un monumento nacional para todas aquellas mujeres que fueron masacradas durante siglos por la injustificada caza de brujas.
La petición formal fue presentada al Parlamento escocés el mes de marzo del 2020, coincidiendo así, con el día internacional de la mujer. A través de su plataforma Witches of Scotland, están tratando de concienciar e informar a la sociedad de todas las atrocidades que se cometieron frente a las denominadas «brujas de Escocia» y de buscar su apoyo en este proceso.
Escocia tiene un pasado muy oscuro en lo que a torturas y crímenes se refiere. Este país de apenas más de 5 millones de habitantes, está en el top de barbaries e injusticias cometidas contra las mujeres en este tipo de procesos judiciales ¿Pero cómo comenzó todo esto?
Término Witch (bruja)
La religión pagana o religión del campesinado, durante siglos convivió en paralelo junto a las religiones oficiales sin apenas estorbar. Generalmente esta religión se basaba en la adoración a la Madre Tierra, diosa de toda la vida que nos rodea, y al macho cabrío, símbolo de la fertilidad masculina, sobre todo en aquellos pueblos que no disponían de recursos para poder tener toros en su ganado.
La gente de las aldeas y pueblos solía acudir a los «Wiccas» cuando su ganado, o ellos mismos, tenían alguna enfermedad o simplemente buscaban algún tipo de predicción sobre las cosechas. Eran curanderos, druidas y profetas, que se encargaban de ayudar a sus vecinos y a los animales, además de cuidar y adorar a la naturaleza en todas sus vertientes. El término wika significa»el que da forma a los desconocido», de ahí nacería el término witch (bruja).

Pero un día, la religión cristiana quiso poner fin a esta relación de cordialidad con el campesinado, y para conseguirlo, acusó a la Madre Tierra de causar todos los pecados que se producen en la Tierra y al macho cabrío de ser Satanás, esa oveja descarriada que no sigue el buen pastor que es Jesús.
Ambas figuras serían destituidas, ahora la Virgen María ocuparía el puesto de la Madre Tierra y para una mayor promoción de su imagen, la mayor parte de catedrales emergentes entre los siglos XII y XIII pasarían a llevar su nombre.
El Malleus Maleficarum (El martillo de las Brujas)
Entre los siglos XIV y XV la naturaleza azotó a Europa de forma devastadora. Una de las grandes pesadillas del continente en esa época fue «la peste negra», que corría como la pólvora y mataba cerca de la tercera parte de su población. Otro de los grandes problemas que sufrieron sus habitantes fue una pequeña edad de hielo que se produjo entre los siglos nombrados, que acabó con las cosechas y con ella llegó el hambre. A todos estos inconvenientes habría que sumarle el Cisma de Occidente que padeció la iglesia católica, donde sus cimientos comenzaron a tambalearse y poner en peligro sus siglos de andadura entre sus fieles.
¿Quién estaba detrás de estas amenazas que hacían tambalear al hombre y a la iglesia titular? Por su puesto, que para esta sociedad cristiana, ese era el diablo. El macho cabrío del cual estamos hablando.
Fueron dos monjes dominicos inquisidores los encargados de buscar a los culpables que entraban en contacto con el maligno, entre ellos, Henry Kramer, y lo hicieron a través del Malleus Maleficarum, también denominado «el martillo de las brujas». Este manual editado en Alemania para reconocer a una bruja y castigarla traspasó fronteras. Reconocían que el diablo actuaba en el mundo y utilizaba a los seres humanos como vínculo, especialmente a través de las mujeres.

Este libro está dividido en 3 secciones, entre las que se encuentran: Su afirmación sobre la existencia de las brujas, la práctica de la magia y los pactos con el diablo, y cómo detectarlas, enjuiciarlas y torturarlas. Aseguraban en sus textos que las mujeres eran sensibles y emocionales, lo que las convertía en embusteras, malignas e infieles, por lo que eran presas fáciles del diablo y podrían sembrar el mal sobre el resto de los mortales.
El Papa Inocencio VIII dio luz verde a la persecución de las brujas a través de la Bula Papal Summis desiderantes affectibus para castigar y purificar a estas personas, y con ella, arrancaron siglos de torturas a mujeres inocentes mediante este proceso judicial.
Caza de Brujas en Escocia
El Parlamento escocés, bajo la presión de la iglesia presbiteriana, aprobó la Ley de Brujería en 1563 por lo que pasó a ser legal: cazar, torturar y ejecutar a personas que fuesen consideradas brujas. Esta atrocidad y calvario para muchas mujeres estuvo vigente hasta 1736. Si algo tenían en común los católicos y protestantes es que ambos participaron en esta masacre.
Esta corriente en Escocia tomó fuerza en 1590 y fue impulsada por el rey Jacobo VI. Todo comienza con una tormenta que se desató en el mar del norte , que casi acaba con su vida y la de su recién esposa Ana, mientras regresaban en barco a tierras escocesas desde Dinamarca.

Él quiso encontrar y castigar a los culpables que habían intentado asesinarle ¿quién había provocado aquella tempestad? Una persecución que arrancó en tierras danesas y que concluyó con los grandes juicios por brujería de North Berwick en Escocia, con los que Shakespeare, posteriormente, utilizaría de inspiración para su obra Macbeth.
El rey Jacobo VI perdió completamente la cabeza con esta idea y acabó escribiendo su propio libro de persecución de brujas, el Demonology.
Otro de los grandes procesos judiciales por brujería en Escocia se vivió en la población de Pasley a final del siglo XVII. La población aún guarda los restos de las cenizas de las personas que fueron quemadas en la hoguera bajo una herradura. Los juicios de la población de Paisley han sido comparados a los de Salem.

Datos de la Universidad de Edimburgo
Según los datos y fuentes de la propia Universidad de Edimburgo se estima que en Escocia fueron 3837 personas acusadas por brujería, de las cuales, unas 305 fueron ejecutadas.
El 84% de las víctimas eran mujeres y el 15% hombres. Se desconoce el género del 1% restante.
Siempre se ha tendido a pensar que las parteras eran las principales acusadas, quizá por los juicios de North Berwick, pero realmente eran las curanderas las encabezaban la lista de víctimas.
En Escocia se ejecutaba a las mujeres que consideraban que eran brujas antes de quemarlas, aunque sí que existieron casos en los que quemaron vivas a varias imputadas. La hoguera en principio era para los herejes.
Los métodos de tortura para conseguir la confesión era privarlas del sueño. El castigo físico también estuvo presente, pero donde se desató, fue en los juicios por brujería de North Berwick.
La relación de la bruja con la escoba es una idea más continental. En Escocia creían que podían adoptar otras formas y podían volar, pero sin el instrumento del hogar.

Lanzar a las acusadas al agua para ver si flotaban, tampoco fue algo muy desarrollado en Escocia, aunque sucedió, pero en muy pocos casos. Supuestamente el agua las rechazaría, al igual que ellas supuestamente lo habían hecho con el bautismo.
Al contrario de lo que piensa la gente no muchos se beneficiaron de esta masacre, salvo los verdugos, aunque gran parte de ellos rechazaban el dinero, solo porque les tenían miedo y creían en esta causa. Solían ser mujeres pobres y con pocos recursos las acusadas, por lo que tras fallecer, no adquirirían de ellas grandes bienes.
Conclusión
Por desgracia, el término bruja aún sigue siendo utilizado por muchas sociedades como algo peyorativo. Miles de mujeres fueron torturadas injustificadamente, ejecutadas o quemadas, no solo en Escocia. Se trataba de mujeres liberales que habían decidido vivir al margen de una sociedad terriblemente oscura, y teñida por el poder eclesiástico, monárquico y político. Estos estamentos las temían, porque los conocimientos que tenían ellas acerca de la sexualidad y de los procesos abortivos, ponían en riesgo su hegemonía masculina.
Ellas daban un gran servicio a la comunidad con sus conocimientos en ciertos campos como la botánica, la anatomía, la sexualidad o la reproducción. Cuando los remedios que recetaban los médicos de la época para paliar los dolores fallaban, mucha gente acudía en segunda instancia a visitar a estas curanderas.
Sin lugar a dudas, y aunque la ciencia aún no estuviese institucionalizada, ni a las mujeres se les permitiese ingresar en las universidades en siglos posteriores, podemos decir, que formaron parte de los pilares de la base científica.
La finalización de esta caza de brujas llegó en el siglo XVIII con el comienzo del denominado Siglo de las Luces, que tuvo como finalidad, disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón.
Movimiento «Witches of Scotland»
Tal y como indica el movimiento «Witches of Scotland» en su página web, «el objetivo de la campaña de Witches of Scotland es llevar la justicia póstuma a aquellos que fueron acusados y juzgados de manera tan cruel e injusta como brujas. Hasta la fecha, no ha habido ninguna disculpa, no hay perdón y en memoria de los que perdieron sus vidas. Es una campaña por la justicia; por un perdón legal, una disculpa y un monumento nacional para las miles de personas, en su mayoría mujeres, que fueron condenadas por brujería y ejecutadas entre 1563 y 1736 en Escocia».

Esta iniciativa se basa en el caso de las brujas de Salem en Massachusetts. Los Estados Unidos reconocieron su error y la gravedad del asunto, impugnando a las víctimas y construyéndoles un monumento.
Puedes unirte a esta causa, firmando aquí la petición presentada por Claire Mitchell al Parlamento escocés. Recuerda que el plazo finaliza el 17 de marzo del 2021.
Borja Pascual